La vida empieza a los 80: Inteligencia Artificial

Raúl Toriggia

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A mí, es decir a todos los de mi edad, nos tocó vivir los ochenta años mas cambiantes de la ciencia y el adelanto de la tecnología. Nací en el año 1942, no existía el discado en los teléfonos fijos, se comunicaba a través de telefonistas (Ver las Chicas del Cable), hasta 1953 no se comenzaron a instalar teléfonos públicos, las máquinas de escribir no eran eléctricas. 

La primera emisión de TV llegó a la Argentina el 17 de octubre de 1951, día de la lealtad peronista de aquel año (último acto público de Eva Perón junto a Juan Domingo Perón). Hasta 1960 funcionó únicamente el canal 7, y recién el 1 de mayo de 1980 se emitió la primera transmisión de televisión a color en la Argentina. 

Las calculadoras en las oficinas funcionaban con una manivela, hasta que llegaron las primeras calculadoras eléctricas que no imprimían en papel, lo que lógicamente dificultaba los controles y las conciliaciones.

La primera computadora que se instaló en el país, a pesar de que su nombre original era "Mercury", como al terminar un cálculo ejecutaba un sonido con los acordes de la canción "Oh My Darling' Clementine" se la rebautizó "Clementina"; comenzó a funcionar un 15 de mayo de 1961 en el Pabellón uno de la Ciudad Universitaria la UBA. tenía 5 Kb de memoria RAM, y ocupaba toda una habitación.

Clementina contaba con un procesador central, memoria (5 Kb de memoria RAM), input, output, almacenamiento, con sus 20 gabinetes, funcionaba a válvula y requería de un gran equipo de refrigeración. Medía 18 metros y pesaba 500 kilos. Tardaba casi dos horas para arrancar y no tenía teclado, mouse ni monitor, su forma para ingresar u obtener datos era a través de cintas de papel perforado, o sea una tira de papel resistente de tres centímetros que tenía canales, sobre los cuales se podían perforar posiciones (o no-perforaciones) y siguió funcionando hasta 1971. 

En los años 70 yo manejaba un equipo de maquinas que ocupaba una oficina, y que tenía, una perforadora, una lectora y una clasificadora de tarjetas, un procesador, y una impresora, Por medio de las tarjetas perforadas se procesaba la cobranza de cuotas de crédito y automáticamente podían salir listados, "leyendo" las tarjetas que correspondían a cuotas no pagadas e imprimía las cartas de reclamo correspondientes.

Viéndolo con los ojos de hoy, nos parece una película de los picapiedras, pero así era, máxime si lo comparamos con un pequeño celular en el que disponemos de mucho mayor espacio y rapidez de cálculo que aquella reliquia, sin contar con la capacidad de comunicación que tenemos hoy, gratis y con cámara, a través del Whats App.

En 1962, Paul Baran, investigador del Gobierno de los Estados Unidos, presentó un sistema de comunicaciones que, mediante computadoras conectadas a una red descentralizada, resultaba inmune a ataques externos. En 1969 se consigue conectar la computadora con otras y en 1972 ya integraba 50 universidades y centros de investigación que estaban distribuidos por Estados Unidos, hasta que 1983 se marca como el año en que «nació Internet».

En 2023 el número de usuarios de internet en el mundo ha alcanzado los 5.160 millones de personas, lo que representa al 64,4% de la población, los países lo encabezan son Irlanda, Noruega, Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos con el 99% de penetración. Argentina roza el 90%.

Así como fueron apareciendo Facebook, You tube, Twitter, Instagram, Google +, Linkedin, Tick tock, Telegram, seguirán apareciendo todo tipo de redes, aunque ahora estamos frente a un nuevo desafío que hace años considerábamos ciencia ficción, la inteligencia artificial (I.A.), que hoy nos pone frente a una nueva revolución para nuestras mentes.

Estamos frente a la aparición de un nuevo mundo con la I.A., por eso es conveniente repasar las cuatro revoluciones industriales previas, y que pasó con ellas. La primera llega en 1784, con la aplicación del vapor a la producción mecánica y al transporte. La segunda en1870 introduce la producción masiva basada en la electricidad. Se inventa la cadena de montaje y el sector industrial vive una extraordinaria aceleración. La tercera en 1969, de la mano de la informática, comienzan a programarse las máquinas, lo que desemboca en una progresiva automatización. Y hace unos pocos años en 2014, la industria experimenta otro giro de 180º: surgen las fábricas inteligentes y la gestión online de la producción. 

Con cada una de ellas muchos pensaron que el trabajo se acababa y que la pobreza se acentuaría en el mundo, y si bien eso no pasó, sino por el contrario, cada vez la humanidad, pudo disfrutar de más bienestar y tiempo, también es cierto que se pasó por muchos años de difícil adaptación, y lo que se avecina no será para menos.

Hay un análisis de una indudable evolución donde el dato es la base, la información le agrega el contexto a ese dato, el conocimiento es un paso más allá, porque nos dice como utilizar esa información, y la cadena culmina con la sabiduría que nos enseña cómo utilizar el conocimiento

Hay un ejemplo, conocido pero que vale repetirlo, el dato podría ser 43, no nos dice nada, pero si se convierte en información, podría ser la temperatura de una persona, la experiencia aportaría a esa información el conocimiento, cuando una persona tiene 43 grados de temperatura, puede sufrir daños cerebrales, y en cambio la aplicación de ese conocimiento nos lleva a la sabiduría, que en este ejemplo sería que debemos bajar la temperatura corporal del paciente de la forma más rápida posible.  

Sectores tradicionales con formatos físicos (la prensa con el papel, la industria musical con el vinilo o el disco compacto, la fotografía con el carrete fotográfico, el sector bancario con el dinero en billetes y monedas, etc.) se ven abocados a un cambio de modelo cuando los usuarios abandonan masivamente estos formatos por otros más cómodos y económicos, basados en la digitalización masiva de productos y servicios. 

La digitalización facilita los procesos en toda la cadena de valor. No solo en las empresas de servicios, sino también en las industrias que incorporan las llamadas tecnologías 4.0 para mejorar su oferta, analizando los datos generados desde dispositivos digitales, o mejorar sus procesos por medio del procesamiento de datos con inteligencia artificial en tiempo real, hasta brindar productos con cada vez mayor grado de personalización.

Como usuarios de estos sistemas, ¿hasta qué punto no somos más que una simple colección de datos que nos representa? ¿De quién son esos datos? ¿Quién los custodia y para que los utiliza? 

La amenaza de que la I.A. termine con el trabajo de muchas personas, es algo que nos desafía, ya que seguramente, como en los casos de las revoluciones industriales que precedieron a ésta, vamos a pasar por un largo y duro momento de adaptación, pero no cabe dudas que traerá consigo una muy grande mejora en la educación, en la salud, en la administración tanto privada como pública, y lógicamente en la producción.

Pero esta vez, nace otra duda, ¿pueden las máquinas reemplazar al hombre? Y aquí nos vemos enfrentados con dos teorías, la que mejor me cae es la que nos dice que el ser humano, es mucho más lento y menos preciso que una máquina, pero pone su emoción, entusiasmo, amor, intuición y su creatividad, que la máquina nunca parece que pueda igualar, será una extraordinaria herramienta para él, pero no puede sustituirlo, alguna vez leí, "las máquinas no tienen corazón" en el sentido metafórico, no como motor de la vida, que ya ha sido reemplazado por uno artificial. La I.A resolverá todo lo repetitivo, pero ¿podrá actuar ante los sorpresivo?, el hombre si puede, y nosotros en la Argentina estamos más que preparados.

Yuval Noah Harari, un reconocido catedrático e historiador israelí manifiesta el temor ante el avance de la Inteligencia Artificial, hasta el punto de sostener que no sabe "si la humanidad puede sobrevivir" al "régimen" que, según él, se creará con esta y otras herramientas tecnológicas poderosas. 

"La nueva generación de IA no solo está difundiendo el contenido que producen los humanos. Puede producir el contenido por sí mismo. Trata de imaginar lo que significa vivir en un mundo donde la mayoría de los textos y melodías y luego las series de televisión y las imágenes son creadas por una inteligencia no humana. El mayor riesgo, de acuerdo con el pensador, es la democracia. "Cuando la IA puede "hacerse cargo de la conversación o poner los temas sobre la mesa, la democracia terminó, ya que no habrá más seres humanos dialogando". 

Harari cree además que desaparecerá el hombre como hoy lo conocemos. Todo parece muy inalcanzable y sorprendente, por eso me animé a preguntarle directamente a la I.A por medio de la App Chat GPT, si el hombre debía temerle y esta fue su literal e inquietante respuesta.

"Aunque la inteligencia artificial (IA) ofrece muchas ventajas y oportunidades, también puede plantear diversos desafíos y problemas para la humanidad. Desempleo y cambio en el mercado laboral: la IA y la automatización pueden reemplazar puestos de trabajo en diversos sectores, 

Desigualdad y brecha digital: Aquellas personas o regiones que no tengan acceso o no puedan adaptarse a la tecnología de IA pueden quedar rezagadas, 

Sesgo y discriminación: Si los algoritmos de IA se entrenan con datos sesgados, pueden perpetuar y amplificar los prejuicios existentes en la sociedad.

Privacidad y seguridad de datos: La recopilación y el análisis masivo de datos para alimentar los sistemas de IA pueden plantear preocupaciones sobre la privacidad y la seguridad de la información personal.

Dependencia excesiva de la IA: Si la sociedad se vuelve excesivamente dependiente de la IA para tomar decisiones críticas, como en el ámbito de la salud o la seguridad, podrían surgir problemas cuando los sistemas fallan o cometen errores.

Riesgo de armas autónomas: El desarrollo de armas basadas en la IA, como drones y robots autónomos, podría llevar a un aumento en el conflicto armado y la pérdida del control humano sobre las decisiones letales.

Ética y responsabilidad: La falta de regulaciones y normativas adecuadas en torno al desarrollo y uso de la IA puede plantear cuestiones éticas, como la responsabilidad por acciones y decisiones tomadas por sistemas de IA.

Singularidad tecnológica: Algunos expertos temen que la IA alcance un punto de "singularidad", donde la inteligencia artificial se vuelva tan avanzada que supere la inteligencia humana, lo que podría tener consecuencias impredecibles.

Para mitigar estos problemas, es esencial abordarlos con políticas y regulaciones adecuadas, promover la transparencia y la ética en el desarrollo de la IA, y fomentar la educación y la formación para preparar a las personas para un mundo cada vez más impulsado por la tecnología. La colaboración entre la industria, los gobiernos y la sociedad en general es crucial para aprovechar los beneficios de la IA mientras se minimizan sus riesgos potenciales".

¿Da miedo no?

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