Desde Colonia Hinojo para toda la Argentina 

Metalúrgica Herrera, una empresa familiar por excelencia, fue desarrollándose y hoy es muy habitual ver sus productos que salen del taller de la Avenida Fundadores por distintas rutas del país. Un ejemplo de perseverancia, responsabilidad, seriedad y objetivos claros para crecer en equipo.

Hay cuestiones que admiten más de un punto de vista y otras no. Metalúrgica Herrera está exactamente en el ingreso a Colonia Hinojo si el vistazo se dirige desde la autovía que une Olavarría con Azul, y en la salida de esta villa tan cara a la historia de la zona para quien llega desde el camino Unión de los Pueblos. 

Lo que no admite dos miradas es que se trata de un emprendimiento familiar que se extendió hasta límites insospechados desde aquel comienzo, como un pequeño taller de 6 x 12, es un ícono industrial dentro del Partido y llega con sus trabajos para el transporte automotor de carga a los más diversos puntos de la Argentina. 

Fue con apenas 21 años que el sierrachiquense José Luis Herrera dejó su trabajo en una renombrada metalúrgica de la época y se "puso por su cuenta" en un rinconcito de Colonia Hinojo, la tierra de su esposa Silvia, donde nacieron sus tres hijos (María José, Guadalupe y Ezequiel) con quienes hoy trabaja codo a codo en la gestión de la compañía. 

Un número ayuda a entender la envergadura de la empresa. "Nosotros gastamos entre 34 y 40 mil kilos de chapa por mes. No es que gastamos un kilo; los traemos de SIDERSA y necesitamos mantener el stock de por lo menos tres meses de chapa porque yo a mi cliente ya le vendí el producto" reveló José Luis. 

"Hacemos todo lo que es carrocería" afirmó el pionero y describió que se trata de "jaulas, vuelcos bilaterales, vuelcos traseros, bateas. Trabajamos mucho con la IVECO y colocamos nuestros trabajos en gran parte del país". Cada uno de sus hijos tiene un rol específico dentro del organigrama: Guadalupe está a cargo de la sección compras; María José administración y ventas, y Ezequiel al frente de la parte de producción (junto con su padre). 

Camila, hija de Guadalupe, le da la impronta de la tercera generación que ya empieza a poner un pie dentro de la cosa, con su hermano Nicolás que trabaja en el sector metalúrgico. A los 15 años empezó José Luis Herrera con el oficio, haciendo corte a soplete, soldadura y la escuadra. "La teoría la iba haciendo uno con papel y lápiz" contó. 

"Hace 39 años que me independicé haciendo rejas, reparaciones y todas esas cosas en una casita vieja que tenía a media cuadra. En esos tiempos no había tanto transporte como ahora y lo nuestro se enfocaba más a la reparación de los hornos de ladrillos, que eran una actividad muy pujante en la zona" recordó el joven patriarca de la familia. 

Un año, a comienzo de la década del '90, de la mente de José Luis salió el diseño de una caja liviana para camiones. De ahí en adelante fue todo crecimiento hasta llegar a este gigante que ocupa el equivalente a un par de manzanas largas en el ángulo sudeste del pueblo. 

"La semana pasada entregamos una caja en el Sur; se trabaja mucho para las municipalidades; entregamos en La Pampa; ahora estamos cotizando a una gente del Chaco. Nuestro mercado es todo el país; en algún lugarcito siempre hay algún desarrollo nuestro" resaltó María José. La publicidad fue sólo un elemento más para el crecimiento. "El transportista anda por todos lados y el boca a boca nos hizo ganar un prestigio en los puntos más remotos" añadió. 

"El 80% del transporte de Olavarría está yendo para Vaca Muerta, trabaja con YPF y es impresionante lo que movió nuestro trabajo. A la par de eso la demanda de los corralones en Buenos Aires y las rutas que se están haciendo en algunas regiones" consignó José Luis. El momento más delicado de la firma fue entre 1998 y 2001, como para casi todos los argentinos. 

"Tuvimos que sacar gente y después arrancamos nuevamente. En estos 39 años atravesamos todos los momentos de este hermoso país nuestro, y tenemos que ser nosotros los que manejamos nuestra empresa porque de afuera no podemos esperar nada" reflexionó. Del papel y lápiz de casi 50 años atrás, Metalúrgica Herrera hoy está avalada por las normas IRAM. 

"Acá adentro son casi 40 empleados, la mayoría de Hinojo y la Colonia, y sólo tres o cuatro de Olavarría. Hoy en día contamos con tres generaciones: el abuelo trabajó con nosotros de tornero, el hijo que ingresó unos cuantos años después y últimamente se ha sumado el nieto. Son familias del pueblo, que cruzamos todos los días en la calle" se enorgulleció María José. 

Un 30 por ciento de los operarios de la firma están abocados a las reparaciones post venta y respuestas a las compañías de seguro ante accidentes viales de los clientes. La producción en sí está en el orden de las 20 ó 25 unidades por mes, tanto de cajas como acoplados, aseguró José Luis, más un 20% abocado al arenado y pintura en usados. "De vez en cuando ponemos tercer eje en los camiones, ABS, guardaciclistas" agregó. 

"Cuando se vino el boom del cuarto eje tuvimos que ponernos a la altura, hacer capacitaciones, hacer una oficina técnica que no teníamos y comanda la ingeniera Gabriela Huls, que le da la legalidad a todo lo que sale de la cabeza de papá" citó María José. "A veces discutimos; ella tiene la teoría y yo la práctica" bromeó José Luis. 

Ultimamente Metalúrgica Herrera agregó el servicio de homologación y certificación de chasis, una especie de VTV para la industria del transporte de cargas. "Hoy entran a trabajar en la metalúrgica chicos con ideas nuevas que a mí mismo me cuesta hacer como ellos quieren, pero hay que hacerlo porque debemos escuchar nuevas tendencias y prepararnos para lo que se viene" reconoció. 

Metalúrgica Herrera nunca dejó de seguir la inercia del sector. "La propia demanda es la que nos llevó a crecer más y más, y eso nos obligó a mejorar los diseños, optimizar la producción" dijo Ezequiel, el más chico de los herederos con apenas 25 años, que en paralelo con sus compromisos dentro de los galpones se propuso afrontar la carrera de ingeniería. 

Los Herrera resaltaron que las mismas particularidades del Partido auguran un futuro próspero para el sector. "Olavarría es muy pujante y nosotros en realidad hace 20 años que no paramos, no sacamos gente, nada. En el 2008, por el conflicto con el campo, estuvimos mal y nos arreglamos en la forma de administrar los empleados" valoró José Luis y marcó que "nos perjudica la carga impositiva y los aportes, sino yo en lugar de 40 empleados podría tener 60 acá adentro". 

La entrevista con la familia Herrera se cerró una visita guiada por la gigantesca metalúrgica y finalizó con una sentencia de José Luis: "Hoy ya este espacio nos queda chico, porque el transporte requiere de mucho lugar, por eso tuvimos que alquilar un predio acá a la vuelta, pero también hemos tenido que rechazar trabajos para no desatender al cliente que nos viene acompañando desde hace mucho tiempo". 

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