Cacho Fernández / [email protected]

La represión policial y las reacciones, grieta y moderados, y la política, entre el debate y el cuartel

La Policía generó otro Cabezas. En Argentina no hay lugar para los débiles (que respetan las normas). Rachid ve visiones. El espejo brasilero y la grieta que no se quiere ir. La necesidad de generar áreas sanitariamente protegidas. 

La tragedia del partido Gimnasia-Boca se transformó automáticamnete en una metáfora de la Argentina. El club lo niega, pero se dice que la causa fue la reventa de entradas, esto es, que habría existido una mayor demanda de la esperada para el mismo producto, el espectáculo, y esto generó el desequilibrio, la desesperación, la represión y la catástrofe.

De ser cierta esta hipótesis se podría argüir que quienes respetaron las reglas y compraron lícitamente sus entradas debieron esperar y sufrir la demencial represión policial que fue una muestra más del antiprofesionalismo de la fuerza de seguridad y la falta de conducción del área. De tal modo que la muerte de César Regueiro fue un nuevo Caso Cabezas.

La reacción del principal funcionario político, el Ministro de Seguridad fue al menos irresponsable. Sergio Berni, culpó rápidamente al jefe del operativo y él pretendió lavarse las manos siendo que él es el responsable político del Ministerio.

Rápidamente, ambas cámaras legislativas de la Provincia convocaron tanto a Berni como el titular de la Aprevide para ser interpelados por los "graves incidentes" ocurridos en el Estado de Gimnasia y por "la grave represión por parte de la Policía Bonaerense", dice la Resolución. Si bien no es un pedido de separación del cargo, una interpelación de esta índole representa una manera de ponerlo al militar médico contra la pared, y a la misma Cristina Kirchner que es su única defensora. Dicen que todo es "fuego amigo" contra un Berni despreciado y rechazado visceralmente por el camporismo. Después del martes se conocerá cuál será el destino de Sergio Berni, si la permanencia o el exilio del poder provincial.

Quien no entendió nada de todo esto fue Jorge Rachid, quien por twitter estimó la represión policial sería parte de una "espiral de violencia " dentro de una presunta "avanzada golpista", protagonizada a su juicio por "el PRO y lumpenes contratados". Solo le faltó la famosa "sinarquía internacional" en sus juicios un casi paranoides y algo delirantes.

Berni, el inefable

Éste es un país como el de la película de los hermanos Cohen: "no hay lugar para los débiles", y éstos fueron quienes pagaron su entrada mientras otros asaltaban el lugar en donde se desarrollaba el espectáculo que representaba de alguna manera la centralidad del poder, ese extraño lugar manejado por ineptos y en gran medida corrupto.

Según las versiones periodísticas, a Regueiro, un hombre de apenas 56 años de edad, su hermano dijo sin dudar que "lo mató la represión policial". Se había desplomado y sus nietos había corrido aterrorizados por la embestida salvaje de la bonaerense, empleando una metodología similar a la de Duhalde.

Como en el país, quienes respetaron las reglas tenían sus entradas legítimamente adquiridas, pero otros, munidos de otros boletos, quizás truchos y propiciados supuestamente por algunos enquistados en el poder del club, ya habían ocupado el lugar de aquellos "débiles" que se habían manejado legalmente. 

La Policía, con la brutalidad y la impericia de siempre ayudaba a completar la tragedia. Berni se lavaba las manos y el Gobernador no levantaba el teléfono para detener la locura represiva. Berni se quiso defender diciendo que a él no le gustaba el fútbol y que habría que suspenderlo, es decir, como el Guille de Mafalda que sugería patear a la tortuga porque no la podía nombrar y eso le causaba problemas.

"Fue una muerte que se pudo haber evitado", dijo el secretario de Seguridad cínicamente o utilizando una verdad de Perogrullo, pero la repetía como si estuviese formulando una frase célebre. Y la repetía como una letanía para gambetear el problema.

Y es así, éste es el país de los Messi y los Maradona, el de las gambetas. Pero nadie o muy pocos enfrentan honestamente los problemas para intentar resolverlos. Claramente, Sergio Berni y el Gobernador Kicillof no integran este grupo.

Este jueves, el país se trasladó al bosque (¿a la selva?) que impuso sus propias reglas. Una vez más la corrupción de un sistema se llevaba una muerte prematura y "evitable" como dijo el titular de Seguridad, pero después de la tragedia, pretendiendo tapar el pozo luego de que el chico ya se había caído al pozo.

El deja vu nacional

El otro caso que nos pinta de cuerpo entero tiene que ver con las declaraciones de Mauricio Macri en España. El ex presidente dijo que Argentina venía en decadencia desde hace unos setenta años, y es así, pero incluyendo su propia gestión. Ya en 1953, y luego de una muy buena gestión anterior de Perón, el país sufría el embate de una inflación y un aumento en los precios de alimentos. El General fue un Cristino y culpó a las empresas alimenticias, gambeteando a la verdadera causa de la inflación que es el déficit fiscal que lo producía. 

Los gobiernos piensan en soluciones para dentro de tres días y no ni a mediano ni a largo plazo. Se les acaban los recursos por el desmanejo y el gasto desmesurado y luego emiten para sustituir lo que se malgastó. Y eso provoca inflación que acaba erosiona el poder adquisitivo de los salarios.

Luego se pretende combatir esa erosión salarial que produce toda inflación repartiendo plata y no se piensa que de esa manera, sin incrementar la oferta, se está alimentando ese aumento indetenible de precios que se pretende detener.

La alternativa sería le plan implementado por un ministro de la Alemania de la posguerra, Ludwing Erhard, quien eligió combatir la inflación y a la vez generar trabajo con lo que denominó "la economía social de mercado", creando pymes que contribuyeron a generar una mayor producción, una mayor oferta, para generar en consecuencia calidad y precio. Y dio origen a lo que se denominó "el milagro alemán". Pero claro, son países que piensan a largo plazo, cosa que aquí solo se aplica a los créditos que se toman sin pensar en cómo se devolverán y se pagan con intereses impagables. Aumentar la demanda sin acompañarlo con un incremento de la oferta es generar inflación simplemente porque habrá más gente en condiciones de adquirir la misma cantidad de productos. Y eso es lo que siempre ocurrió en Argentina. No en vano el mismo Perón exhortaba en 1974 a producir más y a que cada argentino produjera por lo que consumía. Sus sucesores no entendieron nada de ello.

Manes y la polémica

Las acusaciones de Facundo Manes contra Mauricio Macri sacudieron la interna de Juntos por el Cambio pero a su vez dispararon una polémica política sobre lo que debe ser la convivencia en una coalición con diversas aspiraciones a ser candidatos y sin liderazgos claros.

Pero, como decía un dirigente de la CC, "hay cosas que se pueden decir y otras no" refiriéndose a las imputaciones del neurólogo contra Macri sobre el presunto espionaje ilegal. Entonces, ¿cabría cualquier tipo de crítica política pero no de índole penal?. Es posiblemente

El tema es evitar todo cuestionamiento político porque o bien se está dentro de una coalición o bien dentro de un cuartel.

Las denuncias de Manes (los "des-manes" dice el humorista Nick) tienen otro trasfondo político y tiene que ver con la intención del médico de mostrar una faceta crítica contra el macrismo duro y sus posturas neoliberales y de ese modo poder competir de igual a igual con la "paloma" de los amarillos, esto es, Horacio Rodríguez Larreta quien parece mostrarse como un hombre de centro o centro-derecha. Aunque, teniendo en cuenta lo que ocurrió en Brasil, no se sabe muy bien qué es lo que prefiere la gente, si una pelea de fondo con dos opuestos o un escarceo entre dos moderados....o suplentes, como los calificó Pichetto quien reclamó una disputa entre titulares o los dueños y responsables de la grieta.

En Olavarría al Intendente le conviene una fuerte polarización pero apoya a Rodríguez Larreta en la interna amarilla, que es un moderado. 

Brasil incidió pero no de la manera esperada. Aquella primera vuelta simplificó absolutamente el enfrentamiento y puede ocurrir lo mismo en la Argentina. Pichetto pide una lucha entre los "titulares", es decir, los más representativos de la grieta, porque por un lado adhiere a una candidatura de Macri y por el otro, y a partir de las encuestas, supone que existirá un rechazo mayoritario a la figura de la Vicepresidente. 

El método de la grieta puede llegar a ser exitoso para ganar una elección, pero no para gobernar, porque ¿como se lo puede hacer teniendo el odio irreductible de la mitad de la población enfrente?.

Gambeteadas

Un escenario en el que se vaya a dar por una pelea en el Centro no parece posible. El Frente de Todos solo tiene la figura de Massa para esa lucha porque la alternativa, Wado de Pedro, no parece ser competitivo. Aquí, La Cámpora busca dar otra imagen y se muestra con cierta plasticidad ideológica, al menos hacia afuera. En tanto, Hernán Parra advierte que quiere participar y Eduardo Rodríguez quiere avanzar en el armado de un massismo que espera la orden de su jefe.

Pero esta "plasticidad" o racionalidad, se contradice con sus juicios, ya que de pronto califica los hechos en Gimnasia como "violencia y represión", en donde el primer término parece actuar como atenuante de la conducta salvaje de la Bonaerense."Cosas vederes Sancho..." decía el Quijote. El camporismo quiere eludir la responsabilidad del gobierno provincial sobre una muerte dificil explicarla de otra manera.

Por otra parte, el camporismo local sabe que si no procura sumar votos independientes, los resultados van a ser los mismos que los anteriores. En términos generales, la gente tal vez dude a quien prefiere, pero está segura de lo que no le gusta. Por ahí la gente se diferencia por sus rechazos y no por sus adhesiones, y los tibios serían los vomitados por Dios, y no tienen suerte en las elecciones, al menos en este siglo colonizado por el código simplificador de las redes sociales.

Areas protegidas

Ya hemos hablado en esta columna sobre la necesidad de exigir una cobertura sanitaria a quienes organizan fiestas o megafiestas alquilando clubes o sociedades de fomento, comprometiéndolos/as frente a cualqiuier contingencia. 

Los olavarrienses conocen de estas cosas y existen tragedias que fundamentan estas advertencias. Se sabe que la calle es un área protegida gigante protegida por la Salud Pública, pero no se conoce aún si los comercios, confiterías bailables son hoy áreas protegidas frente a cualquier eventualidad. ¿Cómo garantizar esto? Posiblemente exigiendo un certificado que demuestre que el comercio tiene cubierta esa responsabilidad.

El accidente de una persona o una descompensación puede darse tanto en un pub, en un baile como en un comercio probándose una ropa cualquiera, por ejemplo.

En otros países, los que son serios, claro, cuando un comercio requiere una habilitación para comenzar a funcionar (no para renovarla), debe demostrar que está cumpliendo con este requisito y que ha contratado una empresa de emergencias para cubrir cualquier eventualidad. Ese requisito se cumpliría solo en el momento de la habilitación y nada más, pero no hacerlo es quedar expuesto a las viscisitudes del azar, un demonio que suele jugar siempre en contra y castiga duramente la desaprensión.

Es cierto que los mayores problemas suelen ocurrir durante la nocturnidad, pero las desgracias no tienen una hora fija y pueden ocurrir en cualquier momento. Que lo digan si no quienes organizan bailes en clubes y sociedades de fomento. Una cobertura sanitaria privada es tan necesaria como un matafuegos habilitado.

El mejor servicio que puede dar una confitería, bailes, parques industriales o un comercio cualquiera es el de tener una cobertura sanitaria para cualquier responder ante cualquier emergencia. Lo contrario es exponer al cliente a una peligrosa aventura.

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