Victoria escasa y eliminación de Estudiantes en La Plata

El equipo platense quedó afuera en cuartos de final de la Copa Sudamericana por el brasileño Corinthians. Mismo resultado, pero adverso que en el partido de ida. El único gol anotado por Mauro Méndez llevo la definición a los penales, cayendo por 3 a 2 en la serie. El público pasó de la euforia a la desazón por un resultado que no reflejó el dominio absoluto durante los 90 minutos.

Terminado el encuentro es indispensable señalar que el pincha jugo un señor partido, con dientes apretados, yendo siempre al frente y jugando un futbol avasallante. Por ello Corinthians estuvo "groggy" desde el primer minuto de juego, a consecuencia de la apertura del marcador, continuando de ese modo por el resto del partido.  El motivo fue que Estudiantes de La Plata salió a jugar con una presión alta, con los centrales en la mitad de cancha y con los dos laterales Mancuso y Benedetti  bien abiertos; siempre profundos y con opción de pase y proyección. De este modo  la visita casi nunca pudo manejar la pelota y sacar un contragolpe preciso. El otrora "jogo bonito" brasilero fue inexistente, mutó por la especulación y el paso intrascendente del tiempo. Sus 11 jugadores se dedicaron a aguantar,  defendiendo detrás de la línea del balón; y aunque hubieran querido realizar otro juego no hubieran podido ante la determinación, rebeldía y protagonismo de los albirrojos de ir al frente, tanto en posesión como en retroceso. 

 En el primer tiempo el equipo local mostro su mejor versión del año, y enseño cómo se juegan los partidos importantes de copa: con gran despliegue de futbol, corazón enorme y valor para remontar la serie ante uno de los grandes de Brasil. De esta manera doblego a su rival, pero debió retirarse al descanso con no menos de 3 goles favorables; no obstante apenas pudo igualar la serie. 

 Ya en el complemento, el dueño del partido mantuvo su monologo futbolístico aunque mermó en intensidad porque indudablemente sintió el desgate de la primera etapa. Así y todo la visita siguió defendiéndose como pudo, tosca y rudimentariamente; apostó al contragolpe logrando el único tiro al arco del partido. El resto de su estrategia fue proteger al capitán del arco (Cássio Ramos) quien no paró de recibir pelotazos en contra, fue la figura tanto en atajadas como en gesticulación provocando un show de memes. El arquero se lo saco 2 veces a Rollheiser y en otra chance clara, Fabio Santos la sacó sobre la línea. Que más hay que hacer para convertir el segundo gol ? preguntaban las 30.000 almas que alentaron en el estadio Hirschi sobre avenida 1. 

 Pero honra decir que tanto en la vida como en el futbol la gratificación no se muestra en merecimientos, sino en hechos. Para lo primero sobran las explicaciones deportivas: tramos del juego con cuantitativa tenencia del balón (cercano al 70% de posesión); reiterados rebotes en los palos para todos los gustos (derechos, izquierdos, travesaños), 7 en total contando 1 en Brasil por el  partido de ida, 4 en el la vuelta, (incluyendo 2 en la serie de penales); más de una docena de situaciones claras de gol tan evidentes como inconclusas.   

 En fin, todo el entusiasmo previo con recepción pirotécnica incluida cuando el micro con el plantel Albirrojo ingresaba al estadio, se derrumbó ante semejante injustica, de esas que cada tanto acostumbra arrojar el fútbol. Y si bien la entrega de los jugadores no alcanzó o mejor dicho, no fue suficientemente recompensada; para los propios seguirán existiendo muchos partidos como los de anoche. Pero con ese contexto quédense tranquilos que no se volverá a repetir. Fue la injusticia futbolística no arbitral del año. 

 Y para los entendidos, en el partido se vio reflejada la historia copera de la institución estudiantil, el objetivo planteado pero trunco de estar en Montevideo el 28 de octubre. Además valen destacar las formas y convicciones del entrenador, Eduardo Domínguez, quien consumada la eliminación fue uno por uno a saludar a cada uno de sus dirigidos,  sabiendo que dieron lo que dieron dentro del campo. Falto lo imposible, la gratificación para cada uno de sus hinchas que alentaron desde horas antes del inicio, también quienes viajaron, poco o mucho, y los que se emocionaron a través del televisor.

 Habrá que encontrar otro objetivo, siempre habrá revancha deportiva. Pero ya es sabido que los planteles cambian tanto como los rivales. El equipo de anoche por nombres, jerarquía y experiencia era único. Por eso quizás las fundadas expectativas unidas a la inmediata frustración. El futbol tiene eso de hecho irreversible, de ahí las lagrimas de los miles de presentes. Habrá que ver cómo continúa la historia...  

José Sosa fue el dueño del equipo, manejando el juego y los tiempos. El Pincha generó varias situaciones, donde el arquero tapó varias ocasiones a Carrillo, Rollheiser y Mancuso. Los brasileños solo se arrimaron en un córner de Rojas que cabeceó Gil a las manos de Andújar.

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